Estoy y camino en tu cielo azul, el rincón del corazón donde todas las noches velo tus sueños, donde cada palpitación es un beso eterno.

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15 de agosto de 2014

Confieso



Comenzaré por decir, sobre los días y años de mi infancia,
que mi único personaje inolvidable fue la lluvia.
La gran lluvia austral que cae como una catarata del Polo,
desde los cielos del Cabo de Hornos hasta la frontera.
En esta frontera, o Far West de mi patria,
nací a la vida, a la tierra, a la poesía y a la lluvia.

Neruda

9 comentarios:

Beatrice dijo...

¡Bellìsimo Inès! Asì tambièn nacì yo, como lo dice Pablo. La lluvia siempre omnipresente.
Un abrazo, amiga.

auroraines dijo...

Tiene la magia y encantamiento del cielo del Sur que llueve en las palabras de Neruda.

Gracias Beatriz por el texto, es maravilloso!

Un abrazo querida amiga

Trini Reina dijo...

Neruda y su poder de tocar las almas...

Besos

AdolfO ReltiH dijo...

ÉL SIEMPRE EXTRAORDINARIO!!!!
UN ABRAZO

auroraines dijo...

Que belleza TriniReina, para describir su mundo, el paisaje, impregnado de la fragancia que deja la lluvia.

Sentir que aunque hayan pasado los años, aún sigue lloviendo dentro de él.
Atrapa...

Besos

auroraines dijo...

Así es Reltih, un placer leerlo, redescubrir sensaciones que pulsaban en las venas, respirar el aire del viento y empaparse de la calma e implacable lluvia.

Te dejo un abrazo grande!

RosaMaría dijo...

Imagino que en el momento de escribir esta poesía su ánimo estaba impregnado de gran melancolía y añoranza. Me pasó en Galicia cuando caía el persistente "orballo".
Qué bella forma de expresarlo! Besos.

auroraines dijo...

La lluvia de la infancia, un recorrido por la geografía de su vida, con memorias de nostalgia, como el orballo que te transporta a Galicia.
Es de "Confieso que he vivido" Memorias, Pablo Neruda.
Besos

Adelina dijo...

Sin embargo a mí... la lluvia no me gusta. Sé que es necesaria, pero no me gusta.

Lo que sí me gusta es el olor que deja a tierra mojada en el verano...

Muchos besos