
sabiendo que andábamos
para encontrarnos"
Julio Cortázar
Rayuela
Llueve otra vez. Llueve de nuevo. Llueve
Siempre el amor me llega con la lluvia
Sobre la calle una llovizna breve
Y aquí en mi corazón, como diluvia...
Llueve. Y el agua cae sin relieve
Sobre las piedras, ávidas de lluvia
Aquí en mi corazón como remueve;
Aquí en mi corazón como diluvia
Siempre el amor me llega así. Sin ruido,
Con silencioso paso estremecido:
Niebla menuda que después diluvia.
Siempre el amor me llega así, callado,
Con silencioso andar desesperado...
Y no se donde estás y está la lluvia
Julia Prilutzky
El amor embistió los frentes
que colgaban hacia dentro,
partiéndole al viento
las razones imprudentes
de cuando el alma siente
y se enfrenta a la razón,
abriendo el caparazón
del latido inminente.
El amor como un capricho
se engalanó de fuerza,
desnudando su pureza
y abriendo su abanico,
ventilando el abismo
donde la nada era el todo
desbordando el arroyo
de los nuevos vinos.
El amor se hizo dueño
de la luna consentida,
de los soles que apagaban
el brillo de las avenidas
donde fueron embestidas
las horas de nuestro tiempo
para llenar los intentos
y levantar de las caídas.
Esencia
http://contodaesencia.blogspot.com
No importa que no te tenga,
no importa que no te vea.
Antes te abrazaba,
antes te miraba,
te buscaba toda,
te quería entera.
Hoy ya no les pido,
ni a manos ni a ojos,
las últimas pruebas.
Estar a mi lado
te pedía antes;
sí, junto a mí, sí,
sí, pero allí fuera.
Y me contentaba
sentir que tus manos,
me daban tus manos,
sentir que a mis ojos
les debas presencia.
Lo que ahora te pido
es más, mucho más,
que beso o mirada:
es que estés más cerca
de mí mismo, dentro.
Como el viento está
invisible, dando
su vida a la vela.
Como está la luz
quieta, fija, inmóvil,
sirviendo de centro
que nunca vacila
al trémulo cuerpo
de llama que tiembla.
Como está la estrella,
presente y segura,
sin voz y sin tacto,
en el pecho abierto,
sereno, del lago.
Lo que yo te pido
es sólo que seas
alma de mi ánima,
sangre de mi sangre
dentro de las venas.
Es que estés en mí
como el corazón
mío que jamás
veré, tocaré,
y cuyos latidos
no se cansan nunca
de darme mi vida
hasta que me muera.
Como el esqueleto,
el secreto hondo
de mi ser, que sólo
me verá la tierra,
pero que en el mundo
es el que se encarga
de llevar mi peso
de carne y de sueño,
de gozo y de pena
misteriosamente
sin que haya unos ojos
que jamás le vean.
Lo que yo te pido
es que la corpórea
pasajera ausencia
no nos sea olvido,
ni fuga, ni falta:
sino que me sea
posesión total
del alma lejana,
eterna presencia.
Pedro Salinas
Annie Lennox
Gracias LN por dejarme la traducción de Canción de Amor para un Vampiro
o Love Song for a Vampire. Es la música de fondo de la página.