No me pidas silencio
cuando el aire viene impregnado de saudades
y se acaricia en las hojas de ese árbol
con piel de desengaños
que es mortecina noche de besos
y caja fuerte de deseos.
No me pidas silencio,
porque no callaré los secretos de esa pradera
mullida de caricias que enjugó sus enojos
de niño enfurruñado por el destino,
y que ahora se seca.
No me pidas silencio
que no puedo callar esta pena plagada de cuchillos
que gritan su nombre: ¡azul!,
y mi soledad: ¡blanca!.
Y son alacranes de acero entre mis libros
y entre mis ojos, y entre mis costillas.
¡Que no me pidas silencio!
¡porque no voy a callar!,
que no quiero callar esta pena
que se derrama y me forma balsa,
y lago, y catarata,
y asume su papel
de borradora de encantos y ensoñaciones.
¡Que no me pidas silencio!
porque no voy a callar
¡Calla tú, recuerdo!.
Edith Checa
Pintura. W.Volegov
4 comentarios:
Muy lindo Inés y l apintura de Volegov es preciosa.
Yo tengo caído mi blog y no me deja publicar, ojalá se arregle pronto.
Un abrazo
Es que hay cosas que no pueden callarse, que hay que gritarlas...
Muchos besos.
pasaba a dejarte un abrazo....
Beatriz, ya pase a ver que nos dejaste, sobre nuestro espacio interior y único. Preciosa entrada.
Sakk, si hay que gritarlas y fuerte, muy fuerte.
Me gusta como escribe Edith Checa, y cuando habla de la pena que se forma balsa,lago, catarata que borra toda ensoñación.
Allek, gracias por visitarme.
Un beso
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