para tu indiferente melodía.
Una carta de amor
Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo
como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,
todo eso es tan poco
yo lo quiero de vos porque te quiero
Autor: Julio Cortázar
Objetos Perdidos
Pintura: Balcony at Buenos Aires
Fabián Pérez
Objetos Perdidos
Pintura: Balcony at Buenos Aires
Fabián Pérez
8 comentarios:
Cuando Cortázar escribe, llueve, y es el lenguaje que llora.
Lo sintetizas tan bien Druida...
"donde están tu nombre, tu calle y tu desvelo
si la cifra se mezcla con las letras del sueño,
si solamente estás donde ya no te busco. "
Buenas noches desde el bosque
Confieso que he leído poco a Cortázar. Recientemente me han regalado el primer tomo de sus obras completas, así que habré d eponerme a la lectura de tran gran escritor.
Besos
Hoy amiga suenan tristes tus palabras, la tristeza nos lleva a lugares en los que no queremos estar. Tan sólo una palabra, un gesto, un desplante, un desencuentro, un malentendido, un silencio solemne y malintencionado… y nos sumergimos en el profundo mar de la tristeza.
No queremos permanecer allí, luchamos por salir a flote, por volver a respirar el aire oxigenado de la alegría; pero nos damos cuenta de lo difícil que es salir. A veces ni siquiera intentamos nada, simplemente nos dejamos llevar hasta el fondo sin poner resistencia… y hasta encontramos cierto placer en la desesperanza. Queremos sonreir, pero los labios parecen haber olvidado cómo hacerlo y se resisten a la mueca. Queremos olvidar, pero sentimos que algo pesa terriblemente sobre nuestros hombros y permanece cruelmente anclado en nuestro corazón.
Tan sólo una vez cedí a la morbosa tentación de volver a uno de esos lugares. Llevaba encima una soledad incurable, y, no, no la causaba ningún desencuentro. La causaba un encuentro imposible en este mundo. Era un día a mi favor, desapacible, terriblemente inhóspito, un día que cuadraba perfectamente con mis grisuras. No me sirvió de nada. Estuve largo rato mirando el mar, intentando recordar, sentir algo… Me quedé en blanco, de pronto me sentía como un actor que se hubiera olvidado de su papel. Sentí vergüenza y salí del escenario lo más rápido que pude. Mientras bajaba, casi corriendo, por aquellos caminos, el estruendo que formaban el mar y el viento se me antojaron abucheos de un público inmisericorde.
El tiempo restaña las heridas, ya lo creo que sí, y aunque las mías se hayan vuelto incoloras, siguen siendo perfectamente localizables. Las quiero, las adoro y comprendo que quieran morderme de vez en cuando, es su manera de decirme que tuve otra vida antes de esta vida, y que fui feliz.
Ánimos querida amiga
Trini, qué bueno recibir de regalo un libro, yo tengo Final del Juego.
Un abrazo
Juan Antonio, no estoy asi en este momento, alguna otra vez sí, hay tristezas que se llevan como decís
pero esas te fulminan una sola vez
después está en cada uno de nosotros crear nuestra propia fortaleza porque si dejas que te domine es que estás atado a algo que te hace mal y debes liberarte.
Quizás si me pasa lo que pensaste ese día no me encuentres en el blog
mis tristezas son silenciosas y en soledad.
Por tu manera de expresarte veo que te estás liberando y eso es bueno
Un abrazo
Siempre me ha gustado mucho Cortazar...
Muchos besos.
bello blog, voy a pasar mas seguido.
saludos maria*
Sakkarah, María, un abrazo y las espero siempre
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